jueves, 15 de enero de 2015

Ahora

Es muy frecuente en la mayoría de las personas que los días se vuelvan aburridos y automáticos. Parece que cada día es lo mismo, nos levantamos, nos duchamos, desayunamos, vamos al trabajo, volvemos, cenamos y nos vamos a dormir. Y por consiguiente, es muy común finalizar el día con una sensación de desánimo, de vacío; nos desocupamos de todo y al acostarnos solo pensamos y no estamos conformes en cómo transcurre nuestra vida.

Si pensamos que éste es sólo un día más en nuestra vida nos equivocamos. No es sólo otro día más, es el único día que se nos ha otorgado, el hoy. La vida nos lo ha permitido, es un gran regalo, es todo lo que tenemos aquí y ahora, y la única respuesta apropiada a ese regalo es disfrutarlo, en una palabra, vivirlo!

Creo que el secreto de la felicidad consiste en abrir los ojos a todas esas cosas que suceden en nuestro presente, en el ahora. Es frecuente que a causa del aburrimiento o la monotonía, pensemos que casi nunca pasa nada bueno o interesante en nuestras vidas. Pero si observamos con atención, si conseguimos detener nuestra mente en este ir y venir de pasados y futuros, podremos conocer, descubrir la maravilla que encierra el eterno presente. Nada, absolutamente nada en esta vida se repite!

Nuestra mente consume alrededor del setenta por ciento de su energía recreando el pasado y anticipando el imposible futuro, solo menos de un treinta por ciento de nuestro preciado y limitado tiempo conseguimos, de alguna manera, detener nuestra mente en el aquí. Alguna que otra vez habremos escuchado a alguien, o quizás lo habremos pensado nosotros mismos, que ¨seré feliz el día que consiga jubilarme del trabajo¨ o ¨cuando consiga determinado objetivo¨. Son muchas las personas que le ponen condiciones a su felicidad, pensando, erróneamente, que la felicidad está al final del camino cuando en realidad solo la podemos encontrar durante el trayecto.

No quiero dejar pasar la ocasión para decir que una de las herramientas de que disponemos para entrenar la mente en el aquí y ahora es la respiración. No es ni tan solo necesario aprender ninguna técnica concreta, simplemente la observación atenta del aire entrando y saliendo de nuestra nariz, nos puede permitir acceder a ese estado de calma y serenidad que solo podemos encontrar en ese precioso momento que es el presente. No es necesario asistir a clases de meditación para encontrar la paz que nos proporciona el presente, ni mucho menos. Simplemente se requiere estar atentos a lo que sucede cuando respiramos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario