martes, 15 de octubre de 2013

El miedo

El ser humano dispone de una herramienta maravillosa como es la mente, y esto nos ha situado a otro nivel en relación al resto de especies. Pero la mente también tiene su talón de Aquiles que, a mi modo de ver, es la gran dificultad que tiene de estar en el momento presente; constantemente regresa al pasado o se proyecta en el futuro.

Seguramente los trastornos de ansiedad hoy están presentes más que nunca en la historia de la humanidad, y la emoción que pone en marcha el motor de la ansiedad es el miedo. El miedo es una emoción básica y, por lo tanto, todos venimos equipados con ella cuando llegamos al mundo. El miedo, en su justa medida es positivo, ya que nos pone en aviso de posibles peligros, el problema aparece cuando es excesivo o se presenta a destiempo y entonces se convierte en un impedimento para llevar una vida normal.

Creo que también resulta necesario aquí hacer mención de algo que a veces se nos escapa, que es la diferencia entre peligro y miedo. El peligro es externo a nosotros y el miedo, como emoción que es, interno. Muchas veces sentimos miedo por algo y no hay un peligro real, y otras veces también sucede que no sentimos miedo y el peligro sí existe.

Resulta interesante comprender cómo opera el miedo y su campo de acción para así poder tener un cierto control sobre él. El lugar en donde el miedo cobra su verdadero protagonismo es en el futuro, este espacio de tiempo al cual no tenemos acceso genera toda clase de pensamientos y emociones siendo el miedo el principal actor en esta obra imaginaria. De todas las cosas imaginables que nos pueden suceder en ese futuro , frecuentemente nos anclamos en la opción que peor panorama presenta. Miedo, incertidumbre y futuro forman la alianza perfecta.