domingo, 16 de febrero de 2014

La felicidad

Alguien dijo una vez que la alegría es la antesala de la felicidad. A mi modo de entender, la alegría es más temporal, más dependiente de los acontecimientos que vivimos y de cómo nos encontremos en cada momento. Por el contrario, la felicidad es más estable, en el sentido de que es menos dependiente de las circunstancias externas y tiene más que ver con nuestros objetivos vitales y el sentido que le damos a la vida.

Se ha escrito mucho sobre la felicidad y también existen muchos tópicos sobre ella, como por ejemplo que "el dinero no da la felicidad" o que "hay lugares en que la gente no tiene nada y es feliz". En cualquier caso, la felicidad es un tema que despierta mucho interés a la mayoría y también la ciencia ha hecho contribuciones interesantes al respecto. Hace unos años, un estudio comparativo entre ciudadanos británicos con alto poder adquisitivo y diversas etnias centro africanas, puso de manifiesto, que las personas con importantes recursos económicos son un poco más felices que las personas más desfavorecidas económicamente.

Hay una idea un tanto romántica de que necesitamos muy pocas cosas para ser felices, pero, sin ir a este extremo en el que, por desgracia muchos están, si que necesitamos tener unos mínimos cubiertos. También es cierto que necesitamos muchas menos cosas de las que nos han hecho creer que necesitamos. Tomar conciencia de esto nos puede ayudar a reorientar y ver realmente lo que es importante para nosotros para alcanzar un cierto grado de felicidad. Pensar que cuando alcance cierta cantidad de dinero, o cuando tenga la casa de mis sueños por fin seré feliz es una quimera, y el precio que se suele pagar acostumbra a ser muy alto. La felicidad hay que vivirla mientras hacemos el camino, no posponerla para cuando lleguemos a la meta!

La felicidad como estado interno que es, debe ser cultivada a ese nivel y cada uno de nosotros debe buscar en su interior qué lo hace vibrar. Una pista que nos puede indicar que estamos en el camino correcto hacia nuestra felicidad es lo que Csikszentmihalyi denomina "fluir", y que se refiere que al llevar a cabo una actividad podemos estar tan inmersos en ella que el espacio y el tiempo pueden dejar de existir.En este estado de flujo suele ser frecuente que nos acompañe un gran entusiasmo y la creatividad aumente significativamente.

Muchas personas creen que pueden encontrar la felicidad como por arte de magia, como al que le toca un boleto de la lotería, pero la felicidad como un "estado" de la persona que es, debe trabajarse día a día.Como dijo Gandhi: "La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía".