lunes, 15 de diciembre de 2014

Soltar la cuerda

Cuentan que una caravana viajaba por el largo desierto. Cuando llegó la noche la caravana se detuvo. El muchacho que estaba al cuidado de los camellos se fue en busca del guía, y cuando lo encontró le dijo: Señor, tenemos un problema, hay doce camellos y solo tenemos once cuerdas, así que ¿cómo lo solucionamos? A lo que el guía le respondió: Bueno, los camellos son animales bastante tontos, así que, ponte al lado del último camello y finge atarlo, entonces se quedará quieto. Y así lo hizo el muchacho, como que lo ataba...Al día siguiente, el cuidador lo primero que hizo fue contar a los camellos para comprobar que estaban los doce. Los mercaderes cargaron los camellos y la caravana se puso de nuevo en camino, menos el último camello que no se movió. Señor, todos los camellos avanzan menos el último! le dijo el cuidador al guía. ¿Es el último el que fingiste atar ayer por la noche? Si, ese! le dijo el cuidador. Pues haz como si lo desatas, porque sino creerá que sigue atado y no empezará a caminar!!!

Seguir añorando lo que fui o lo que tuve nos impide disfrutar de lo que la vida nos brinda ahora.
Cuando algo ya no nos sirve, cuando su tiempo ya pasó, es momento de dejarlo ir. 
Cuando comprendemos que algo acabó, que ya pasó, es el momento de soltar. 
Enfrentarse a la pérdida es necesario, porque si no, no hay duelo, y el duelo es sano y necesario.
A veces nos convencemos a nosotros mismos que queremos seguir con alguien o con algo porque creemos que lo queremos, cuando en realidad es simplemente que nos hemos acostumbrado.
Aferrarse a una situación, a una relación, a una persona, cuando eso ya se terminó, es impedir que la vida fluya, es no dejar que el aire fresco de la existencia nos revitalice de nuevo...
Amar de verdad es permitir y permitirnos soltar la soga, dar la libertad para que el otro elija su camino y nosotros atrevernos a escoger el nuestro.
Mantenernos anclados en situaciones ya caducadas, en relaciones irresolubles y en creencias estrechas sólo nos aporta desilusión y sufrimiento. 
Cierto es que se requiere determinación y coraje , pero es necesario, si queremos vivir de manera coherente, que descubramos qué cuerda soltar y si ahora ya es el momento de hacerlo!