domingo, 16 de noviembre de 2014

La ansiedad

Redondeando las cifras, podríamos decir que casi la mitad de las personas que acuden al médico de cabecera es por un problema relacionado directa o indirectamente con la ansiedad. Afortunadamente, hoy los médicos suelen detectar este trastorno la mayoría de las veces.

Ante todo es necesario hacer una distinción entre la ansiedad natural que todos sentimos en un momento u otro, y que incluso puede ser positiva para realizar cierta actividad, y la ansiedad patológica conocida como trastorno de ansiedad. Es a esta a la que le vamos a dedicar la atención.

La discrepancia puede aparecer en el cómo abordamos la ansiedad. Hay situaciones en que la persona se presenta en la parte más álgida de la crisis, se encuentra desbordada, y ahí puede ser conveniente que el médico le administre un ansiolítico de manera puntual. Pero más allá de ahí, si queremos hacer un buen trabajo y superar la ansiedad con éxito, la persona deberá adoptar un protagonismo activo en su problema, adquirir las herramientas necesarias a través de un proceso psicoterapéutico, que además de ayudarla a superar su problema le servirán como crecimiento personal.

Desgraciadamente, no toda persona que pasa por un trastorno de ansiedad está dispuesta a adoptar ese papel activo tan necesario, unas veces por desconocimiento y otras por diferentes razones. Hay que reconocer que, tomarse una pastilla es, en principio, lo que requiere menos tiempo y esfuerzo.

Actualmente, los psicoterapeutas disponemos de poderosas herramientas para abordar de forma relativamente rápida los diferentes trastornos de ansiedad, sin los efectos contraindicativos ni secundarios que producen los psicofármacos. A pesar de las bondades de la psicoterapia, aún una gran mayoría de la población, opta por los medicamentos como medida prioritaria y única de abordaje de la ansiedad.

Es importante señalar también, que los psicofármacos actúan sobre el síntoma. Muchas veces, lo que ocurre con la ansiedad en realidad, es que los síntomas físicos y psicológicos solo son la punta del iceberg, y el verdadero problema, el origen de ese fuego que es la ansiedad, está en un conflicto encubierto no resuelto.

Hacer un buen trabajo psicoterapéutico  implica, como primera medida, suprimir la sintomatología física y psicológica que tanto malestar y angustia ocasiona a la persona que lo sufre. Pero una vez superada esta fase, en algunas ocasiones, habrá que rascar, buscar la causa y actuar en consecuencia si de verdad queremos dejar atrás la ansiedad de manera definitiva.

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